"creí que nunca volvería a mi, a mi boca.
creí que nunca volvería a disfrutar su sabor careante.
Estaba saliendo y la dentista me dijo que por una hora no comiera nada.
Pero no le hice caso, y saqué de mi bolsillo la mitad de chicle que me había guardado.
La otra mitad era la que me había provocado lo que la dentista acababa de arreglarme."
lunes, 1 de diciembre de 2008
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