jueves, 29 de mayo de 2008

Rara...

Rara, cómo encendida,
rara, cómo la chaqueta apolillada de Elvis.
Encendida, a pesar
de las corazonadas y los malos augurios.
Encendida, como las notas plastificadas
untadas con el aire mareado.

Ella (no) tiene razón

Ella tiene el culo caliente,demasiado,
porque estoy frío y extraido.
Ella dejó surcos de arado
con sus pestañas.
Ella cristalizó mis nervios
por mi cuerpo,creando una escultura informe,
fría y espinosa.

Rara...

Rara como encendida
quedé.
Después de derramar tinta roja
sobre el viejo smoking,
que todavía usas.
Juré.
Esta es la última curda,
la tinta roja
la necesito para los afiches.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Rara, como encendida

Rara como encendida
La energía calórica
Del colérico corazón.
Un aliento entrecortado
Entretiene a la tentación.

domingo, 11 de mayo de 2008

Rara, como encendida

rara, como encendida...
la neurona neurótica
se levanta y anda
camina sola,
sin rumbo fijo
la mente no la detiene.
cuando la señalan,
cuando la acusan,
cuando la culpan,
se hace la tonta.
la muy hueca,
vacía dice...
no recordar nada.

Ella tiene el culo caliente (L.H.O.O.Q.)

Límite Horizontal,
Oculta Oscuros Quejidos.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Rara

Ella tiene el culo caliente,
las mejillas rojas,
los pies como lava,
los brazos en llamas y la saliva fria.

Anoche se durmió otra vez
en la boca del dragón.

Hoy se levantó rara,
como encendida,
se peinó los ojos,
se miró sin verse.

Tomó la valija verde
y la llenó de espuma.
Después se fue.
Rara... rara.

Rara, como encendida

hoy estaba rara
como encendida

fogata dispuesta a arrasarlo todo
quemar las aguas
voraces límites entre nosotros

una luz ardiente
círculo rojo
magma exaltado
sanguínea línea

pero vos
nunca más palabra

pensé
tanto humo en Buenos Aires
mejor prevenir
quedarme en casa
quemarme a mí misma

martes, 6 de mayo de 2008

Rara, como encendida

"Rara, como encendida,
pidió un vino y dos copas.
Nos miramos. Ya nos sabemos:
Cada cual tiene sus penas
(y nosotros las bebemos)"

Rara, como encendida

Rara, como encendida, su cabeza flotaba bien high...
Iba en su misma dirección, a su misma velocidad,
más o menos a 30 metros sobre el nivel del mar
y él, allá abajo, de traje oscuro y corbata y maletín en la mano,
caminaba por Florida.
Todos miraban su pasar descabezado
e inmediatamente subían la vista y pensaban:
¡Qué cabecita loca!