Me mande al super 8,
hay cosas que lo digital
nunca podrá registrar.
Las molestias del revelado
y los riesgos del proyector
son un placer más,
un riesgo fetichista e innecesario,
como hacerse cosquillas con un tenedor
o echarse perfume en ciertas partes los feriados.
Además está esa cosa del cine,
del arte, del aura de la obra,
de captar luz y alma en una máquina.
Y tener una máquina en la mano
no es algo que se deba despreciar,
una cámara se parece demasiado a un arma;
y ya sabemos bien lo que un revólver
o un lente nos pueden hacer
al hundirnos su ojo hasta desalmarnos.
Pero con una cámara y un revólver
cargo dos ojos muy exigentes;
dos ojos negros,
....................que me parecen,
.........................................demasiado humanos.
hay cosas que lo digital
nunca podrá registrar.
Las molestias del revelado
y los riesgos del proyector
son un placer más,
un riesgo fetichista e innecesario,
como hacerse cosquillas con un tenedor
o echarse perfume en ciertas partes los feriados.
Además está esa cosa del cine,
del arte, del aura de la obra,
de captar luz y alma en una máquina.
Y tener una máquina en la mano
no es algo que se deba despreciar,
una cámara se parece demasiado a un arma;
y ya sabemos bien lo que un revólver
o un lente nos pueden hacer
al hundirnos su ojo hasta desalmarnos.
Pero con una cámara y un revólver
cargo dos ojos muy exigentes;
dos ojos negros,
....................que me parecen,
.........................................demasiado humanos.
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